Día 2 De Cea a Castro Dozón

CEA

Un grupo dicharachero de una decena de veinteañeros formaron un poco de ruido antes de dormir.

Previamente, habíamos picoteado algo en el lugar más de moda de Cea, AC⚡️DC. Propiedad de la familia de los caretos. “A Casa Dos Caretos” 😅

Como es habitual en los albergues, ya desde bien temprano, sobre las 6:30, la gente comienza a levantarse y a hablar en susurros como si creyeran que nadie les va a escuchar. Al lado de Irene, un bajo entonaba su triste melodía de única nota, como el roncón de una gaita durante toda la noche

7:20 estamos tomando café. Tostadas en pan de Cea, por supuesto, y café servido en jarras de cerveza. Es el único café en mi vida que he visto que vendía piezas de Scalextric en mostrador y cajas originales. Toda una reliquia.

Osera (Oseira)

La noche anterior debatíamos sobre el itinerario a seguir. Uno más corto pero más soso y otro que añade unos 5km pero que pasa por un monasterio románico del siglo XII en Osera

Como buenos toledanos, nos venimos arriba, y escogemos la versión larga.

La etapa no asusta, ¿o si?. ¿Qué es esa pequeña vaguada en el recorrido? Nada, será un error del mapa le digo a Irene.

Echamos a caminar y enseguida aparecen esas preciosas sendas llenas de robles y castaños. Los colores verdes son muy intensos, lástima que las fotos no los revelen bien.

Leemos en los carteles que la mayoría de estos caminos recorren antiguas calzadas romanas secundarias que enlazaban municipios no muy importantes. Es cierto que te llevas esa impresión caminando entre tanta losa.

El camino es una continua subida, no muy dura. Pero, es el segundo día y suele ser el más duro, más aún cuando no te has preparado nada.

Las plantaciones de berza están por doquier. Con tan solo unas patatas, las mejores de España, sale un caldo de primera categoría. También la utilizan como forraje animal.

Poco después vemos los primeros campos quemados de este desastroso verano. Hasta ahora solo lo habíamos visto desde el coche cuando veníamos.

Como veis, llegó hasta el mismo camino.

Dejamos atrás Silvaboa y Pielas. Aldeas con sólo dos o tres casas habitadas.

De repente, el terreno empieza a bajar con una pendiente considerada. Mi maltrecha rodilla izquierda, no sabe cómo colocarse para evitar el dolor. No pasa nada, el apóstol protege.

Ahora se pone cuesta arriba y con losas. Nada fácil. Nos damos cuenta que la gráfica no contenía error. El terreno es así.

A las afueras de Osera nos encontramos con el cementerio donde un panteón lleno de nichos dice: Propiedad de la familia Feijoo 🤪

El nombre del pueblo, del latín ursus, muestra la presencia de este animal por estos lares.

El monasterio te deja con la boca abierta, de tamaño colosal. El segundo más grande de la orden del Císter en toda Europa.

Reformado en diferentes ocasiones tuvo la suerte de no ser destruido por la invasión napoleónica. Normal, ¿qué loco se va a adentrar en estos bosques recónditos e inhóspitos donde no hay sino bosques?

Nos quedamos con las ganas de verlo pues el horario de vista es muy restringido y ya no podemos disfrutarlo.

Al salir de Osera continúa el terreno muy cuesta arriba ⬆️. Es duro de verdad.

Vemos un horno de pan 🥖 bastante antiguo. Aún en uso.

Villarelo, Pazo de Coiras, A Gouxa, son más de lo mismo. Mini aldeas donde raramente vemos algún ser humano.

Con la lengua fuera de tanta cuesta arriba nos da un pequeño vuelco al corazón cuando vemos un cartel plastificado, colgando de un árbol, que dice: café y tostadas más adelante.

Carballediña

Asociación de ayuda al peregrino en el camino, así reza en el lugar que Poli y Erica han creado en medio de la nada. Enfermera y trabajador despedido de una empresa de café, abandonan el mundo civilizado de San Xenxo y se viene con 4 hijos por acá. Chapeau 🎩

Erica, extremeña de Navalmoral de la Mata, ha cogido rápidamente el hábito gallego de no para de hablar ni aun bebiendo. Qué máquina!

Rico café con tostas de queso de Arzúa con mermelada casera de ciruelas y jamón extremeño con tomate nos quitan todas las tonterías de encima y tenemos la batería al 150%

Encantadores. Gran recuerdo. Una veinteañera ucraniana se nos une un rato.

El camino sigue duro y se pone triste cuando aparece más y más terreno quemado de este verano.

¿Cómo se puede encontrar placer en dejar esto así? De verdad que no consigo imaginarme la mente de un pirómano.

La tristeza es inmensa y el paraje desolador.

Conclusión

Bonita etapa que merece la pena. Dura pero satisfactoria. Ha salido una subida acumulada nada despreciable.

Hasta mañana!

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